Un cartucho es mucho más que el objeto cilíndrico que colocamos en la escopeta. En su producción hay un conjunto de delicados y complicados procesos, y sólo con la calidad y buenas prestaciones de cada uno de ellos, unidos a la combinación adecuada de carga y a la dosificación correcta de cada componente, obtendremos el cartucho óptimo, el perfecto, el que nos garantice, cuando apuntamos y accionamos el gatillo, la absoluta certeza de que en ese momento el disparo se hará en perfecto desarrollo y precisión.
El secreto para poder fabricar buenos cartuchos de caza está en usar buenos componentes: pistón, vaina, pólvora, taco y perdigón. Partiendo de esta base, para cargarlos sólo hay que seguir dos pasos, sencillos pero extremadamente delicados.
Nos adentramos en las instalaciones de Nobel Sport España para conocer en profundidad el proceso de fabricación de nuestros cartuchos.
Los mejores componentes, el cuidado proceso productivo y el control, revisión y dedicación continuas dan como resultado un cartucho constante y de perfecta regularidad.
Elige Resultados
El primer paso es seleccionar y combinar adecuadamente el pistón con la pólvora, el taco y la carga de perdigón correspondiente. Con esta mezcla se busca la velocidad deseada, con la presión adecuada. Máxima velocidad significa la más alta con una presión controlada y una regularidad estandarizada. Si es excesiva los perdigones tienden a abrirse pronto y dejar huecos a media distancia; si no es suficiente, se mantienen más tiempo juntos, el plomeo es más eficaz pero a media distancia no rompen el plato o penetran en el animal.
El segundo paso, una vez elegidos los componentes y medida la cantidad de pólvora y de perdigón, es su perfecta, adecuada y constante dosificación. Es decir, conseguir lo más difícil: regularidad de comportamiento del cartucho en cada lote de producción.
Cargar muy bien unos pocos puede ser muy sencillo, pero fabricar en serie millones de unidades que mantengan el mismo comportamiento en situaciones semejantes manteniendo las prestaciones balísticas de origen, es donde reside la maestría de un cargador de cartuchos.
El control de la pólvora y la caída del taco son cruciales durante la carga del cartucho. La fase del rebordeado concluye con un perfecto y homogéneo cierre de estrella. La marca se imprime y el control de calidad revisa todos y cada uno de los cartuchos. Un cartucho de caza de 34 y 36 g debería tener una velocidad en V1 de entre 395 y 405 m/s.
Control, revisión y dedicación continuas, pasión por los productos bien hechos, más de 40 años de experiencia y un único objetivo, la constante y perfecta regularidad que genera la confianza necesaria para realizar un disparo exitoso, son las señas de identidad de los cartuchos J&G-Excopesa
de Nobel Sport España.